DISCURSO PRONUNCIADO POR EL POETA VICENTE GERBASI, EN OCASION DE CONFERIRLE EL TITULO DE DOCTOR HONORIS CAUSA EN EDUCACION - EN EL XXVI ANIVERSARIO DE LA UNIVERSIDAD DE
CARABOBO.
A muchos nos gustaría estar en posesión de las matemáticas del cosmos para no vivir en la desesperación. Nos gustaría explicarnos el universo con los números y no con los sentimientos para sufrir menos y estar mas cerca de la libertad.
Pero resulta que estamos condenados a sentir el universo, sin podernos lo explicar. Este es el caso de los poetas. A menos que se trate de poetas que sean dueños de las ciencias, y en este caso ya dejarían de ser poetas para ser científicos.
Pero hasta que punto un científico, un astrónomo, por ejemplo, puede no ser un desesperado cuando se coloca ante el universo?
Cuando el hombre, por la inteligencia, por los sentimientos, por el anhelo, se coloco en el centro del universo, desde ese mismo instante se convirtió en el blanco de todas las potencias. Desde ese momento soporta el peso del misterio.
El hombre es el hombre porque tiene conocimiento del infinito y porque la inmanencia del infinito en el, lo hace necesariamente prometeico.
Nuestra tragedia consiste en ver el universo desde donde estamos, desde nuestra limitación.
El universo le produce al poeta sobresalto, terror, pero acepta este sobresalto, en el deseo de expresarse radica la condición demoníaca del poeta, porque la expresión es el puente que el poeta tiende entre el universo y el hombre, la palabra poética es una rebelión contra el misterio.
"Todo demoníaco, dice Platón en el banquete (202,e), es algo intermedio entre lo divino y lo mortal" y tiene como poderes propios "el de interpretar e intermediar entre dioses y hombres", y, "estando en medio de ambos, completar y poner al mismo todo en conexión consigo mismo".
"Ya sabemos, pues, en que consiste el endemoniamiento en general y del hombre en particular, en que su transfinitud escencial no respete ningún limite como definitivo, preténdalo imponer quien lo pretenda, así se diga que lo impone dios", (Juan D. García Bacca, "invitación a filosofar") .
El poeta es un ser en estado de rebelión porque el terror le obliga a ello, su única defensa es la expresión aunque sepa que nunca dejara de ser un desamparado, por eso el poeta se mete dentro de si mismo con el universo y se angustia, tal vez esta angustia sea lo que lo convierta en un alucinado, extraordinariamente apto para la percepción sensible convierte todas las cosas que ve e intuye, en una alucinación, en la que cada objeto, perfectamente diferenciado, tiene una profunda relación con el infinito.
Pero el poeta no solamente es demoníaco porque es de esta manera, sino porque contagia su demonismo a los demas hombres mediante el lenguaje poético. El coloca a los demas al borde de un abismo. El despierta el espíritu de la rebelión.
Para el poeta la metáfora es el medio por el cual le es permitido erigirse en mago, en creador. La metáfora eleva la palabra a una dimensión feerica. Por ella las percepciones, las vivencias, los objetos se trasmutan en representaciones animadas. La metáfora es un juego mediante el cual el espíritu realiza su secreto y sagrado anhelo de transformar y crear una bella metáfora es un milagro, y viceversa.
Nuestro gran poeta Andrés Eloy blanco nos decía en cierta ocasión que cristo, al multiplicar los panes, había hecho una metáfora.
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En el campo de la ciencia también parece una metáfora el hombre ha logrado transformar la energía en luz eléctrica, en maravillosos avisos luminosos que transforman las noches de las urbes en alucinantes movimientos de colores siderales, ha captado las ondas hertzianas para traernos aun apacible rincón de nuestras casas los sonidos y las imágenes de países lejanos. Ha desintegrado el átomo para ponerlo al servicio de la muerte o del progreso.
Cuando un poeta logra una metáfora, multiplica, desintegra una serie de elementos y los reintegra en un mágico movimiento del lenguaje, en el que intervienen el color, la forma, la música, formando una unidad imprevista.
La metáfora, que esta formada con elementos de la naturaleza, con vivencias que la naturaleza y la existencia le han ofrecido al poeta, no copia la naturaleza, es diferente a ella porque la recrea,
Si el lenguaje es el don primordial que el hombre ha heredado como la mas alta forma de superación de la naturaleza, la metáfora es la mas alta forma de superación del lenguaje, es por ella que el poeta logra poner en juego su mundo vivenciad y representar la naturaleza en una dimensión de encantamiento.
La metáfora que siempre se abre y se cierra a manera de arco diríamos de arcoiris- aparece siempre con su propia atmósfera emignática, por eso ha de prescindir del lenguaje lógico, sus matizaciones, ya sean de color, de forma, de sonido, han de se expresadas con palabras que escapan ala lógica corriente., la metáfora es una invención, una creación que posee su propia lógica.
Huizinga, en su obra "homo ludens", nos dice: "lo lírico se halla lo mas distante de lo lógico y lo mas cercano de la danza y lo musical. El lenguaje de la especulación mística, el oráculo y de la hechicería, es lírico. En estas formas experimenta el poeta con mayor fuerza la sensación de una inspiración que le viene de fuera. Es cuando esta mas cerca de la sabiduría suprema, pero también de la insensatez. Emile Faguet habla una vez del granito de sinrazon que necesita la moderna lírica pero esto no se aplica solamente a la lírica moderna, sino que constituye la esencia de la lírica el moverse fuera de los vínculos del entendimiento lógico. Un rasgo fundamental de la figuración lírica es que propende a la exageración desatinada. La poesía tiene que ser exorbitante. Las fantasías de los enigmas cosmogónicos y místicos del Rigveda y el lenguaje figurado de Shakespeare, que había recorrido todos los caminos de la tradición clásica y de la alegoría, y había conservado, sin embargo, el ímpetu del vate arcaico, coinciden en imágenes locamente atrevidas”.
La metáfora aparece en un momento de creación, o de lo que se ha llamado tradicionalmente inspiración, es decir, en un momento de embriaguez del alma, de locura, en esa sucesión de "instantes" en la que le es permitido al poeta manejar la alquimia del lenguaje.
así como el pintor descompone en la paleta los colores para dar las pinceladas que habrán de constituir la armonía, la melodía, el contrapunto de su obra, así el poeta, mediante la metáfora, descompone los elementos para constituir la unidad creadora del poema..
La metáfora, dentro del poema, es como una sucesión de relámpagos que iluminan un mundo nocturno.
El tema de lo nacional en la poesía y en el arte en general siempre ha movido a apasionadas discusiones en todas partes del mundo. Durante los últimos años ha adquirido un extraordinario interés en el continente americano por el hecho de que cada uno de nuestros países quiere comenzar a fundamentar una verdadera tradición en el campo del arte. Otros de los motivos por los cuales nos preocupa tanto este tema lo constituye el hecho de que, siendo nuestro hemisferio un mundo virgen e iluminado por el sol de los primeros días de la creación, es decir, un mundo que le ofrece grandes posibilidades expresivas. Al artista, no haya logrado, sino con una que otra excepción, expresiones artísticas realmente autóctonas.
Al hablar de este problema, queremos referirlos a la América latina y no a la América del norte, es decir, anglosajona, porque esta posee una fisonomía completamente distinta a la nuestra.
No nos explicamos como un mundo tan rico en aspectos como el nuestro, tan misterioso y alucinante, no haya podido todavía dar artistas que lo expresen integralmente. Tal vez en México los pintores se hayan acercado a ello y en Venezuela Rómulo Gallegos en la novela, y en el Perú el gran poeta César Vallejo, y en chile, Pablo Neruda, Rosamel del Valle, Humberto Díaz Casanueva y otros. En Colombia, Rivera y García Márquez.
Nuestro mundo americano, con su áspera, desolada y diabólica geografía, con sus hechizadas selvas, con sus ríos mortales que arrastran oro y diamantes, con sus montanas hinchadas de fuego, con sus llanuras de soledad, con sus roídas costas, es un maravilloso caos que da profundidad y fuerza al alma de sus moradores.
Del continente americano, sin duda alguna son las regiones equinocciales las que poseen mayor poder de sortilegio ya que estas tierras se encuentran todavía en su estado original, y porque allá la naturaleza conserva el dominio absoluto de su magia primigenia.
El trópico rodea a sus habitantes de encantamiento y de peligro. Acá el veneno persigue al hombre bajo el verde húmedo del helecho, en las grietas rojas de la tierra o en las grandes hojas de las espesas arboledas.
El trópico es mas favorable a lo demoníaco que a lo angélico, Aquí las fuerzas de la naturaleza están siempre cerca de la cólera, Aqui reina la violencia cósmica. América produce angustia, sobresalto y tristeza.
Basta haber vivido algún tiempo en una de nuestras perdidas comarcas, haber recorrido sus días en que los sonidos se petrifican y brillan con el sol de la cigarras; haberse recogido con los animales bajo las oscuras lluvias vegetales; haber sentido la noche como un viento arenoso, como relucientes garras negras, con insectos, como luciérnagas, como una leyenda de familiares fantasmas, haber sentido la noche como el olor del café y del cacao, como 1o las fosforescencia de los espacios en que deambula el tirano Aguirre, en que nacen voces de los árboles, de las rocas, de las tristes viviendas y de la mas profunda soledad de la sombra, para darnos cuenta de que estamos en posesión de una insospechada experiencia.
Y esta experiencia es la que ineludiblemente deben expresar nuestros poetas, nuestros pintores, nuestros músicos.
Es necesario decir que nuestros poetas todavía no se han impregnado del misterio telúrico de nuestra tierra. Lejos están de las potencias que se revelan como creadores enigmas del trópico.
Son muy contados los casos de poetas venezolanos que han intentado expresar en forma esencial los fenómenos y elementos de nuestra geografía. Muchos de los que han querido hacer una poesía interpretativa de lo nacional, han caído en lo elementalmente nativista, criollista, decorativo, descriptivo y muchas veces demagógico.
Esto se debe, creo yo, a que han caído en el chauvinismo o mas aun, en lo provinciano y parroquial.
Bastante se ha dicho que en arte se debe partir de lo local para llegar a lo universal. Pero creo que el medio para lograrlo es aprovechando las experiencias, las vivencias que nos ofrece el medio, mediante una expresión que responda a lo universal.
Pondré un ejemplo claro: Pablo Neruda, en gran parte de su poesía, expresa lo chileno y, mas todavía, lo americano, pero al mismo tiempo la poesía de Neruda es una síntesis de las mas nuevas corrientes poéticas universales. Lo mismo podemos decir de Rosamel del Valle, de César Vallejo o de Garcia Márquez.
Lo importante es saber expresar lo local y a la vez ser un hombre de su propio tiempo. así lo hizo el Dante, así lo hicieron los poetas del siglo de oro español.
Es necesario e ineludible que nuestros poetas y nuestros artistas en general penetren en la esencia misteriosa de nuestra tierra, es decir, en el alma venezolana, y la expresen, pero sin olvidar los complejos fenómenos de nuestro tiempo y la evolución de los problemas estéticos.
Por mi parte creo que esta mas cerca de una expresión genuinamente nacional un surrealista verdaderamente dueño de vivencias venezolanas, que un poeta de barrocas formas angelicales que nada tienen que ver ni con nuestra tierra ni con nuestro tiempo.
Cuando me refiero al surrealismo lo hago simplemente para indicar una de las nuevas corrientes poéticas. La poesía ha ido ya un poco mas allá de ese fenómeno de “entre deux guerres”. |