CIRCULOS DEL TRUENO Oigo como una sombra de fuego por el cielo, como una nuez abierta de nubes y relámpagos, como un cerebro oscuro de ruidos minerales. Oigo las arboledas que bajan por los montes, el furor de las rocas, la humedad del helecho. Pasa una luz de miedo por las casas de campo y al fondo del granero el maíz se ilumina y bajan como un río sonando los bambúes. Serpientes incendiadas recorren los naranjos. Oigo la oscuridad de la gruta, el asombro de las bestias, el vuelo de las aves nocturnas. Cien venados de luz huyen por la llanura, cien palmeras levantan reflejos siderales, y el rumor va corriendo como caballos negros. Yo soy la soledad resonando en el valle, la soledad que mueve ramajes en la tarde. Sonidos de penumbra impulsan las espigas hacia el fondo del fía, hacia tristes arenas. Cabelleras de espanto flotan en el crepúsculo, y el viento y la llovizna arrastran por la calle de los ciegos, papeles y lumbres de las piedras. Soy una resonancia de la sombra, y el tiempo sopla contra las puertas, y manos invisibles abren grises ventanas, y niños escondidos oyen el cielo. Sopla la sombra en los aleros y avanza como un órgano de oscuras catedrales. Crepuscular sonido de la piedra y las torres. Sonido de vitrales en llama por el cielo. Sonido de la furia sobre las sementeras. Sonido de lejanos juncales vespertinos que miro en el silencio de los ojos de buey. . Texto electrónico cortesía de Denzil Romero del Foro Venezolano de CompuServe GO VZLAFORO, Sección de Lengua y literatura |