A Manuel Alfredo Rodríguez
Nuestras selvas del sur donde cada río esconde un sol de arañas monas y colibríes, se cubren con una sucia ropa raída de nubes. Se desprende un fulgor de hojas un trueno que oscurece las cascadas. Estoy abandonado, buscador de poesía. Así he perdido diamantes viendo una orquídea en el brillo de la lluvia. Después la noche espanta la montaña de las constelaciones. |